PROYECTO
Avec le temps, 2014
rosa mesa/Thomas P. Proffe
“En primer lugar debemos llegar a una fase de
cambio. Para ello tenemos que reconocer que en la filosofía clásica no hay una
coexistencia pacífica de un vis a vis, sino una jerarquía violenta de los
términos opuestos. Uno de los dos términos gobierna al otro (axiológicamente,
lógicamente, etc.), o es superior.
Para deconstruir la oposición, ante todo, debemos anular la jerarquía en un
momento dado. Para superar este conflicto debemos olvidar la estructura
conflictiva y la subordinación de la oposición.”
Derrida
En su teoría de los opósitos Derrida alerta de
la desviación ejerciada sobre la percepción por la existencia de términos
antagónicos, opuestos en el lenguaje. Lo que debería haber sido complementario
es antagónico y/o jerárquico (hombre/mujer, viejo/joven, bueno/malo...) Esta
percepción nos lleva a tener un entendimiento viciado de la realidad. Y en
ningún ámbito queda tan patente esta confusión como en el binomio vida/muerte.
¿Cómo es posible que en sus sendas definiciones la una parezca como
exclusión de la otra? ¿Ha
pensado el ser humano que podría aislarlas y de esa manera conquistarlas?
En éste área no explorada de la posible inclusión de los binomios opuestos nos
interesa en particular el recorrido a través de un binomio que consideramos
esencial y que es el binomio vida/muerte. Hoy por hoy es imposible concebir la
vida sin su eventual desaparición, por mucho que el ser humano se empeñe en lo
contrario.
“We must first at all arrive to a point of
change. We need to recognize that classical philosophy does not allowed a
pacific relationship, a vis a vis, between opposite terms but rather a violent
opposition. In this construction one of the terms governs the other (axiologicaly,
logically…) or it is superior to it. To deconstruct the opposites we must go
beyond the hierarchy, we must forget the conflictive and subordinated nature of
oppositions”.
In his theory Derrida warns us about the
wrong perception motivated by the existence of these opposite terms in our
languages. What it should have been complementary is antagonistic/hierarchic
(man/woman, old/young, love/hate…). This perception moves us toward a wrong
understanding of reality. It is in the opposition between life/death where this
mistake is clearer.
How is possible that in our dictionaries the
definition of death or life does not include the other? Has men thought that
excluding one from the other could avoid death?
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